miércoles, 20 de enero de 2010

EL PROCESO DE EXTINCION DE LAS LENGUAS NATIVAS DE PIURA

Un conquistador domina un territorio y con el suceder del tiempo, su cultura cuasi se impone en la población local; pero este modelo no siempre es exacto en su desarrollo. Al choque cultural le siguió el consiguiente cambio lingüístico que significo el desplazamiento de las lenguas locales Catacaos , Colan , Sechura, Huayacuntu y Huancapampa por el idioma pan andino (quechua) y el europeo (Castellano).

Al parecer las lenguas locales no mostraron una actitud permeable frente a los préstamos de otras lenguas que se le impusieron violentamente (Quechua - Castellano) de haber sucedido lo contrario podrían haber sobrevivido.

Postulamos posibles etapas que le sucedieron la extinción de las lenguas nativas de Piura.

Primera Etapa : Siglo XVI.

Tras la llegada de los españoles en 1532 las lenguas locales constituyen idiomas circulantes entre los diversos curacazgos, donde la comunicación entre las mismas a pesar de difieren en ecosistemas es factible, gracias a la interacción comercial y en algunos casos por el parentesco de origen como ocurrió con el Catacaos y el Colán, Ayahuaca y palta, etc.

Los curacazgos en esta primer etapa mantienen sus lenguas naturales. El quechua impuesto con la dominación inca dejase de hablar en la población común, limitándose su uso a los enclaves mitmas. Las lenguas locales se constituyen en “idiomas de adentro”, de resistencia política y cultural.

La encomienda como concesión real consistía en repartir un grupo de familias indígenas a un español, lo cual le daba el derecho de percibir el tributo de los indígenas y otorgaba al español el deber de proteger y velar por la instrucción religiosa. En Piura existieron 29 encomiendas con 3557 tributarios. Con la encomienda se perturba y fracciona los antiguos curacazgos. Caxas, por citar un ejemplo se divide en dos encomiendas: una en poder de Juan de Saavedra (Caxas) y la otro otorgada a Gonzalo Grijera (Serrán).

Las encomiendas agrupan a los indígenas en acción solidaria entre si mismas. El encomendero se posesiona de curacazgos completos y organiza un sistema de control mediante mayordomos, interpretes y peones coercitivos o grupos de defensa de sus interese.

El idioma local es el “idioma de adentro”, la lengua intima, y el castellano es el “idioma de afuera” que sustituye al quechua en esa categoría. Solo algunos hablan o “verrean” el castellano: los intérpretes indígenas (llamados ladinos) que conocen el habla local y lo mezclan con su modelo gramatical hispano.

Estos intérpretes tenían cierta interferencia lingüística propia del idioma de origen, el idioma comercial y el idioma foráneo y novedoso que representaba el castellano. Además poseen ciertos beneficios respecto a la masa indígena popular. Adquieren con ello ciertas preeminencias y status social al entorno de la encomienda.

Poco a poco los intérpretes o “indios ladinos” se convierten en propagándizadores del “idioma de afuera” al interior de la comunidad indígena.

Segunda etapa : Las reducciones

El virrey Toledo ordena las reducciones de indios. En Piura se llevan a cabo esta tarea reduciendo a diversos grupos indígenas en Catacaos, San Martín de Sechura, San Andrés de Frías y San Pedro de Huancabamba. Las reducciones implican no solo la mezcla de etnias de diferentes ecosistemas, sino también, implicó la mezcla de idiomas disímiles entre si. Ello crea una confusión lingüística en primer instancia, ya que no todos poseen la capacidad de comunicarse y entenderse en su “idioma de adentro” con otros “idiomas de adentro”. El quechua como “idioma de afuera” pudo constituirse en un primer momento en el idioma de relación.

Tras el periodo inicial de confusión lingüística, la masa indígena ve la necesidad de aprender el castellano para poder comunicarse con los demás y entender a los mayordomos y a los encomenderos.



El castellano “entra” a la comunidad ( la reducción) y funciona en contextos formales como la iglesia, la doctrina o el sacerdote que catequiza, el curaca que se aculturiza, el interprete “lenguaraz” que transmite ordenes, bandos, que apoya a los visitadores etc. El castellano ya no es el “idioma de afuera”. Las lenguas locales funcionan como “idioma familiar” de cohesión étnica , mas ya no como “idioma de relación” o de comunicación Inter étnica.



La iglesia juega un papel importante en esta etapa. Desde la celebración del I concilio Límense ( 1551) y los posteriores de 1567 y 1583 se recomienda y ordena a los sacerdotes el elaborar cartillas y catecismo en lenguas locales y el quechua, a fin de que estos se conviertan en instrumento indispensable para la catequización y cristiandad de los naturales. El Concilio Diocesano Quítense de 1593 ordeno los sacerdotes y doctrineros el elaborar catecismos en lenguas de los llanos, Atallanas, cañarís, Puruha, de los Pastos y Quillacingas.


Tercera Etapa : Siglo XVII – XVII

Las lenguas locales empiezan a funcionar como símbolo d identidad étnica. Aun así, el castellano va adquiriendo fuerza mezclándose con las lenguas locales, proceso que incluía prestamos lingüísticos de uno y otro lado. Se inicia un proceso rápido de castellanización y aletargamiento en las lenguas locales, al menos, ello es notorio en el ámbito o perímetro urbano de las reducciones y poblados hispanos y haciendas. En el área rural aun se mantienen los idiomas nativos aunque solo al interior de la comunidad, ya que cuando ingresan al pueblo hispano emplean el castellano deformado y lleno de giros idiomáticos propios de sus lenguas de origen.

La Hacienda se convierte en el centro de dominio indígena. Estaban ubicadas en el Alto Piura y la sierra mayormente.

Durante los siglos XVII – XVIII, las encomiendas poco pobladas fueron desmembradas y penetradas por colonos hispánicos, consolidándose el sistema de Hacienda o estancia (Schulpman 1988). En la hacienda confluían yanaconas, mitayos, esclavos negros y jornaleros indígenas.

En esta etapa la masa indígena entra en una etapa de interferencia lingüística. El motoseo es común. Ya no hablan ningún idioma de manera adecuada. Ello es producto de procesos sociolingüísticos y psicolingüísticos de desprecio, humillación y acomplejamiento del nativo respecto a su propio idioma. Este acomplejamiento depende de factores socioculturales como el contacto del nativo hablante con personas de importancia para el. (El “other significant” a decir de Coombs, 1992) que desprecian su idioma materno. Este proceso fue mucho mayor en los valles costeños donde estaba instaladas las reducciones y poblados de indios y donde además se concentraba el poder político administrativo y económico hispano.

En algunas zonas alejadas de los cetros urbanos hispanos (Piura, Sechura, Paita, etc.) el aislamiento geográfico o social funciono como una defensa contra la influencia lingüística. Este podría ser el caso del nativo hablante de la sierra de Piura (Ayabaca y Huancabamba) que todavía hacia finales del siglo XVIII hablaban el quechua en su entorno familiar y comunal. Esto es reconocido incluso por los propios españoles que reconocen y asimilan vocablos naturales en sus diálogos y actos administrativos.

Cuarta Etapa : Siglos XVIII – XIX

Hacia finales del siglo XVIII y la mitad del XIX las lenguas locales en los valles costeños se dejan de hablar. Richard Spruce logra recopilar 38 vocablos yungas en 1864 de labios de una anciana en Sechura, Etén o Morropé.) y se extingue quedando algunos hablantes nativos aislados, mientras que las nuevas generaciones indígenas asumen el castellano castizo como su lengua materna. Este castellano es mal pronunciado y con una entonación que conserva la tonalidad de la lengua prehispánica. En las áreas andinas (Ayabaca y Huancabamba) subsiste el quechua (el Inga), el idioma natural quedó en el olvido, incluso los contacto con las etnias amazónicas.

Así, el “idioma de afuera” (El castellano) se convierte en el “idioma de adentro” y su influencia es notoria en todas sus actividades.

2 comentarios:

jose carlos marchena pintado dijo...

Esta interesante.Mi familia es del Alto Piura y ahi hay castellano antiguo mezclado con palabras quechuas y otras de idiomas desconocidos.Hace años escuche que habia un señor que hablaba Vicus.Estaba en Venezuela y despues murio.No se de dende aprendio esta lengua.En Chiclayo hay gente que esta enseñando el idioma Muchik.Puede comunicarse con la profesora Ana Ramos Cabrera que es la que enseña Muchik.Su correo electronico es ponky_31@hotmail.com Quisiera que se siga investigando sobre este apasionante tema.Cualquier cosa quisiera que me escriba al correo Joscamarpi@hotmail.com de Jose Carlos Marchena Pintado.Y que siga adelante.

Anónimo dijo...

muchss gracias por el comentario.Respecto a que alguien hablaba Vicus en venezuela es muy dudosa la informacion. Gracias popr el dato de la prof de Muchik me comunciare con ella.

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